viernes, 25 de noviembre de 2011

No entendí lo de los loros

No entendí (el mensaje) la campaña de lanzamiento del nuevo logo de Nextel, ni la reiterada campaña de los “tips” del Fiesta (entiendo el mensaje, no entiendo el objetivo). Y reconozco que me pasa lo mismo con muchísimos comerciales. Pero no estoy juzgando en general a TODA la publicidad ya que veo comerciales que sí resuenan y entusiasman, como el de Oreo en que nieta y abuelo comparten juntos una historia mínima y valiosa.

Problemas, sueños y fuegos artificiales
Encuentro campañas con dos propósitos bien diferenciados: los que trabajan sobre los

martes, 22 de noviembre de 2011

Marcas Significativas: me quedo con 20, no necesito 70

¿Cuántas marcas son realmente importantes, qué porcentaje de ellas son perfectamente prescindibles?

Con estos interrogantes Havas Media se lanzó a medir el nivel de significación de las marcas para sus públicos. Basado en un índice que denominan Meaningful Brand Index (MBi), Havas realizó una investigación cuya base fue 50.000 casos en 14 países. La consigna fue establecer un ranking de aquellas marcas que agregaban verdadero valor para los individuos, comunidades y el medio ambiente; tomando en cuenta factores como la salud, la felicidad, la mejora del estado físico, de las relaciones sociales y la seguridad financiera, entre otros.

jueves, 10 de noviembre de 2011

El SIC: La Cultura como Valor



Mientras escribía el post de Patagonia –hace unos 15 días- pensé en el SIC. Al releer el enfoque que Yvon Chouinard le daba a su organización -pensamiento filosófico, vocación rupturista y sistematización de los procedimientos- me vino a la memoria la figura de “Catamarca” Ocampo.

Recordé , con cierta nubosidad, el tremendo impacto que había tenido sobre el club de San Isidro, sobre su visión del juego y su actitud deportiva. Con el tiempo el estilo se transformó en filosofía, y la filosofía en un conjunto sistematizado de reglas que se respetaron desde el Plantel Superior hasta Pre-10ª. Algo que el resto de los clubes de rugby locales ni soñaban, ni podían hacer.

Llamé por teléfono a mi amigo César Silveyra, casualmente presidente del SIC, y le comenté lo que estaba pensando. César me hizo recordar al “Veco” Villegas y cómo entre ambos entrenadores habían logrado el milagro deportivo de hacer que el SIC ganara tantos campeonatos que casi se había convertido en aburrida rutina.

“Fue algo memorable y perfecto: Catamarca era un genio que tenía una visión completamente rupturista y “El Veco” tenía el talento de bajar todo eso a un sistema muy preciso, sumamente detallado y muy simple de comprender a la vez.” Me comentó César.

Fast Forward
El domingo volvía de un viaje e hice una parada en un kiosko para chusmear a ver el resultado de la final con Alumni, vi la tapa de la “deportiva” y le mandé un mensajito de texto a Silveyra felicitándolo por otro campeonato más.

Y fue también una felicitación a toda la organización, por haber creído fervientemente en un modo de hacer las cosas, por aceptar las reglas de juego que se auto impusieron, por construir una cultura de docencia y aprendizaje a la vez. En esos contextos los resultados siempre aparecen.

Valga el SIC como analogía para otras organizaciones: una filosofía distintiva, implementada a través de un conjunto de reglas claras que se aplica con profunda vocación de equipo, en el que los que lo integran saben para qué están y qué esperar.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Que mis marcas vayan a hacer surf

Para todos aquellos interesados en saber cómo hacen las cosas aquellas marcas que valen la pena, deberían leer (y releer cuantas veces sea necesario) el libro de Yvon Chouinard fundador de Patagonia. El libro se llama “Que mis empleados vayan a hacer surf” y trata de la historia de la marca, de su filosofía y de los valores fundamentales que la mantienen viva, dinámica y pujante.

Unos meses atrás...
Después de un post que hice respecto de la importancia de “ser y parecer”, Cristóbal me hizo llegar de regalo el libro de Chouinard y en la primer página me recomendaba -de puño y letra- que prestara especial atención a la parte en que el autor habla de “las filosofías”.

Por alguna razón, la auto-celebración de las marcas y la figura del héroe empresario me resultaron siempre bastante antipáticas, por lo tanto abordé la lectura de este libro con muchas prevenciones. Pero a poco de recorrer la historia de la marca me dí cuenta que estaba ante un caso bastante distinto de aquéllos que por lo general celebran los libros de estrategia y ante un entrepreneur que no reúne las habituales características -tan redundantes- de los típicos empresarios.

La historia de Patagonia me pareció interesante desde los hechos y fascinante desde la perspectiva de la marca. En gran parte corroboré que las grandes marcas surgen de la vocación y “locura” de algunos individuos que por lo general son bastante especiales y Chouinard parece un personaje con una idea muy clara y una tenacidad envidiable para llevar sus sueños adelante.